Estudios sobre el Diseñar

Fragmento de Texto del Libro: "Las Formas de Conocer del Diseño"
Autor: Nigel Cross
Año: 2007



Aunque, hoy en día, hay una gran cantidad de actividad relacionada al diseño en el mundo, la naturaleza  de la habilidad de diseñar es aún vagamente comprendida. Se la ha dado por sentada como un talento misterioso. De todas formas, ya desde algunos años, el cuerpo de comprensión sobre ‘en qué consiste el trabajo de los diseñadores y cómo piensan’ ha ido creciendo lentamente, todo esto basado en una variedad de estudios sobre el diseño (Cross, 1984). Algunos de estos estudios se sustentan en los propios reportes de los diseñadores, tal como los que acabamos de observar, pero también  hay un amplio espectro fluyendo a través de las observaciones de los diseñadores en su trabajo, estudios experimentales basados en análisis del protocolo, para teorizar acerca de la naturaleza de la habilidad de diseñar.
Tales estudios generalmente confirman los comentarios personales acerca de la práctica realizada por los mismos diseñadores, pero intentan también agregar otra capa a la explicación de la naturaleza del diseñar. Por ejemplo, una característica sobre la actividad del diseño que es confirmada generalmente por tales estudios, es la importancia del uso de varias soluciones hipotéticas iniciales basadas en conjeturas hechas por el diseñador. En sus casos de estudio pioneros sobre ingeniería del diseño, Marples (1960) sugiere que:

“La naturaleza del problema solo puede ser encontrada al examinarlo a través de soluciones propuestas, y pareciera probable que su examinación a través de una, y sólo una, propuesta entrega una perspectiva muy sesgada. Es probable que se deba intentar al menos dos soluciones radicalmente diferentes, para obtener, a través de la comparación de sub-problemas inherentes a cada una, una imagen clara de la naturaleza-verdadera del problema.”

Esta perspectiva enfatiza el rol de la solución conjetural como un medio para aumentar la comprensión acerca del problema de diseño, y por lo tanto, de la necesidad de generar una variedad de soluciones precisamente como un medio para analizar el problema. Ha sido confirmado por las entrevistas que Darke ha realizado a arquitectos(1979), en las que ella observa cómo impusieron un grupo limitado de objetivos o una solución conceptual específica como un generador primario para una solución inicial:
El mayor acotamiento de la variedad o minimización de un rango  de soluciones ocurre al principio en el proceso de diseño, con una conjetura o conceptualización de una posible solución. Una mayor comprensión del problema se genera al testear estas soluciones conjeturales.

La libertad - y necesidad- del diseñador de redefinir el problema por medio de soluciones hipotéticas también fue observado en estudios de protocolo de arquitectos por Akin (1979), quien comentó:

“Uno de los aspectos únicos del comportamiento del diseño es la constante generación de objetivos de las tareas y la redefinición de los límites de las tareas.”


Se ha sugerido que esta característica del comportamiento del diseño emerge de la naturaleza de los problemas del diseño: no son la clase de problemas o acertijos que incluyan toda la información necesaria o suficiente para la elaboración de su solución. Se puede descubrir un poco de información relevante al generar y testear posibles soluciones; alguna información, o ‘ingrediente faltante’, debe ser provista por el mismo diseñador, como fue mencionado por Levin (1966) acerca de sus observaciones sobre los diseñadores urbanos (urbanistas). Levin sugirió que este ingrediente extra suele ser un ‘principio ordenador’ y por lo tanto encontramos las propiedades formales que son tan usualmente evidentes en el trabajo de los diseñadores, como pueblos diseñados como simples estrellas a tazas de té diseñadas como cilindros regulares.
De todas maneras, los diseñadores no siempre encuentran sencillo generar un rango de soluciones alternativas para poder entender mejor el problema. Sobre sus principios ordenadores o generadores primarios pueden, por supuesto,  descubrirse que no son apropiados, aunque los diseñadores suelen aferrarse a ellos, debido a las dificultades que representa volver atrás para empezar de nuevo. De sus casos de estudio sobre diseño arquitectónico, Rowe (1987) observó:

“Una influencia dominante es ejercida por ideas iniciales de diseño en las direcciones subsecuentes que toma la resolución del problema… Incluso cuando se encuentran problemas severos, se hace un esfuerzo considerable para tratar de hacer que la idea inicial funcione, en lugar de dar un paso atrás y adoptar un nuevo punto de partida.”

Esta tenacidad es entendible pero no deseable, dada la necesidad de usar soluciones alternativas como un medio para comprender la 'verdadera naturaleza' del problema. De todas formas, Waldron y Waldron (1988), desde su caso de estudio sobre Ingeniería del Diseño, llegaron a una visión más optimista acerca de la "auto corrección" natural del proceso de diseño:

"Las premisas que fueron usadas en la generación de los primeros conceptos suelen probar, en investigaciones subsecuentes, ser completamente o parcialmente falaces. Sin embargo, proveyeron un punto de partida necesario. El proceso puede ser visto como dotado de una auto-corrección inherente, ya que el trabajo posterior tiende a clarificar y corregir el trabajo que se hizo al principio.”

A partir de estos “Estudios del Diseño” queda claro que arquitectos, ingenieros, y otros diseñadores adoptan una estrategia de “resolución de problemas” basada en generar y probar potenciales soluciones. En un experimento de laboratorio basado en una tarea específica de resolución-de-problemas, Lawson (1979) comparó las estrategias de los arquitectos con las de los científicos, y encontró una notable diferencia, con respecto a que ‘los científicos’ operaban con lo que se podría llamar una estrategia-enfocada-en-el-problema… los arquitectos, en contraste, adoptaban una estrategia-enfocada-en-la-solución.”

En un experimento suplementario, Lawson descubrió que en estas estrategias diferentes desarrolladas durante la educación de estos arquitectos y estos científicos; si bien la diferencia era clara entre estudiantes de posgrado, no era muy clara entre estudiantes de primer año de la carrera de grado. Por lo tanto, los arquitectos habían aprendido su estrategia-enfocada-en-la-solución, durante su educación en diseño, como una respuesta apropiada a los problemas que se les proponía. Esto es presumiblemente debido a que los problemas del diseño están inherentemente mal definidos, y al tratar de definirlos o entenderlos comprensivamente (el enfoque de los científicos) es bastante probable de que no sea fructífero en términos de “generar una solución apropiada” dentro de un marco temporal específico. (El tiempo es un factor importante)

La diferencia entre un enfoque científico y un enfoque de diseño, con respecto a la resolución de problemas, también ha sido enfatizada en estudios sobre teoría, tales como el de March (1976), el cual apuntó:

“La lógica tiene interés en las formas abstractas. La ciencia estudio formas existentes. Una hipótesis científica no es lo mismo que una hipótesis de diseño. Una proposición lógica no debe confundirse con una propuesta de diseño. Un diseño especulativo no puede ser determinado de forma lógica, debido que el modo de razonamiento involucrado es esencialmente abductivo.”

Este razonamiento “abductivo” es un concepto del filósofo Peirce, que lo distinguía de otros modos de razonamiento mucho más populares: inductivo y deductivo. Peirce (citado por March) sugirió que la deducción prueba que algo debe ser; la inducción muestra que algo es operativo; la abducción meramente sugiere que algo podría llegar a ser. Es, por lo tanto, la lógica de la conjetura. March, prefiere usar el término razonamiento productivo. Otros, tales como Bogen (1969), han usado términos talos como razonamiento “apositivo” (*aposición: es una construcción de dos elementos gramaticales unidos, el segundo de los cuales especifica al primero / Palabra o sintagma que se yuxtaponen a un nombre o a un pronombre y sirven para explicar algo relativo a ellos o para especificar la parte de su significación que debe tenerse en cuenta) en contraposición al razonamiento propositivo.

La habilidad para diseñar está, por lo tanto, basada en la resolución de problemas definidos incompletamente, o definidos con falencias, sumado a adoptar una estrategia enfocada en la solución y estilos de pensamientos productivos o aposicionales. De todas formas, el enfoque del diseño no se encuentra necesariamente limitado a problemas mal definidos. Thomas y Carroll (1979) condujeron un número de experimentos y estudios de protocolo del diseño y concluyeron que un aspecto fundamental es la naturaleza del enfoque con el que son abordados los problemas, más que la naturaleza de los problemas en sí:

El diseño es un tipo de resolución de problemas en la cual el encargado de resolver el problema ve el problema o actúa como si hubiese una mala definición inherente en los objetivos, en las condiciones iniciales o en las transformaciones permitidas.

También está, por supuesto, la dependencia en el diseño sobre el boceto como medio, el dibujo y la elaboración de maquetas como ayudas en la generación de soluciones y al mismo proceso de pensar sobre el problema y su solución. El proceso involucra lo que Schön (1983) ha llamado “una conversación reflexiva con la situación”. De sus observaciones acerca de la forma en que los tutores de diseño trabajan, Schön comentó que, a través de los bocetos,

(El diseñador) da forma a la situación, de acuerdo a su apreciación inicial sobre la misma; “la situación” le responde, y el responde a esta respuesta.

La habilidad para diseñar por ende, se basa o depende fundamentalmente en un medio no-verbal de pensamiento y comunicación. Incluso hasta puede que hayan  distintos límites a la cantidad de verbalización que podamos, productivamente, involucrar en la habilidad para diseñar. Daley (1982) ha sugerido que:

La forma en la que los diseñadores trabajan puede que sea inexplicable, no por una razón romántica o mística, simplemente porque estos procesos yacen fuera de los límites del discurso verbal: son literalmente indescriptibles en términos lingüísticos.

Para los investigadores del diseño esta es una conclusión preocupante. Aunque, esta breve revisión sobre los estudios del diseño sí nos permite al menos enumerar las características centrales de la habilidad de diseñar, incluyendo habilidades para:

. Resolver problemas mal definidos

. Adoptar estrategias enfocadas en la solución

. Emplear un pensamiento abducitvo/productivo/aposicional

. Usar medios no-verbales, gráfico-espaciales de modelado






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